*RESEÑA DE HATHA YOGA*
El Hatha Yoga es una práctica milenaria, que se origina al Norte de India, en los Himalayas.

De Maestro a Discípulo se fue transmitiendo este valioso conocimiento que tenemos la fortuna de tener entre nosotros. Como su nombre lo indica, el Hatha Yoga, busca la unión, la fusión, de la individualidad con la totalidad, de nuestro ser individual con todo y todos, de sentirnos parte de todo, de ser parte del Todo. Esto quiere decir, integrar los opuestos y antagonismos que hay en nosotros mismos y transformarlos en “complementarios”, unirlos, fusionarlos. Esta unión, obviamente, nos regala pura paz, pues, ya no hay dos polos que estén en conflicto en nuestro interior.
Para lograr esta “fusión” el Hatha Yoga se vale de diferentes herramientas. Y son justamente éstas, las que aprenderemos a utilizar:

La Meditación, atentos a la respiración, realizando una visualización, o cantando Mantras, resonando con vibraciones de alta pureza.

Los Pranayamas, Ejercicios Respiratorios, que balancean nuestro cuerpo energético, canales y Chackras que se armonizan, armonizando todo nuestro ser.

Las Asanas o Posturas, que trabajan aparentemente sobre el cuerpo físico, dotándolo de flexibilidad, fuerza, equilibrio y una óptima funcionalidad interna. Las Asanas no son solo posturas, si no que, tienen un diseño específico para que la energía circule por nuestro cuerpo de una manera deliberada mientras las realizamos, así se van disolviendo posibles atascos energéticos.

Los Mudras, Cierres Energéticos, que colaboran con una limpieza y desintoxicación profunda.

El Shavasana, Relajación Total, para darle la oportunidad al cuerpo que reciba todos los beneficios de lo trabajado.

Paralelamente, vamos aprendiendo sobre la Anatomía del cuerpo, Análisis del Movimiento o Biomecánica, como así también hábitos de salud que nos llevan en un camino hacia el Bienestar Total.

Con todas estas herramientas, aprenderemos a armar una clase, realizando las correcciones y alineaciones necesarias, muchas veces, con la ayuda de soportes y elementos que hacen una práctica cuidada y amable para el cuerpo.

Así, al terminar la formación, no solo estarás listo para comenzar a dar clases, con un conocimiento completo de esta disciplina, si no que, habrá acontecido una completa transformación en ti, sintiéndote más alegre, en paz con lo que eres, sabiéndote parte de todo, y que todo está vivo en ti. Entonces, dar clases, o realizar una práctica personal, será el resultado orgánico de todo el bienestar alcanzado.